El aporte de las ciencias humanas a las pervivencias del golpe de estado. Cuarenta y más años para una ruptura democrática en Chile

Debemos decidirnos a –y cómo– estar en común, cómo permitir a nuestra existencia existir. No sólo es cada vez una decisión política, es una decisión a propósito de lo político: si y cómo permitimos a nuestra alteridad existir en conjunto, inscribirse como comunidad e historia. Debemos decidirnos a hacer –a escribir– la historia, lo que quiere decir exponernos a la no-presencia de nuestro presente y a su llegada (en cuanto un “futuro” que no es un presente que sucede, sino la llegada de nuestro presente). La historia finita es esta decisión infinita para con la historia (…) En el tiempo, “hoy” ya es ayer. Mas cada “hoy” es también la ofrenda de la ocasión de espaciar el tiempo y de decidir en qué ya no es el tiempo, sino que nuestro tiempo.

(Nancy, 2000: 130)

La audaz y cruenta reinvención del capitalismo bajo su forma neoliberal no logró derrotar completamente los proyectos revolucionarios ‘chilenos’ del siglo XX. A pesar de esto, existen extensas zonas de la historia presente en las que el golpe de estado de 1973 sigue operando. Una incipiente relación, previa al golpe, entre un hacer académico en formación y unas prácticas políticas vertiginosas fue tan violentamente suprimida que hoy nadie quiere reanudarla, como no sea bajo principios bastante dogmáticos. Y, más allá de tal dogmatismo, el golpe también se ha instalado en la inteligencia radicalizada como un dispositivo de auto-esterilización política. No es solo que al inventar lenguajes resistentes al reduccionismo dogmático, éstos hayan resultado inasibles para las coyunturas de lucha social, sino que, además, se ha afirmado, como garantía de radicalidad en el pensar, un vacío de evaluación respecto de las conexiones con tales luchas. En este dispositivo de auto- esterilización, el agenciamiento de pequeñas referencialidades políticas a través de enunciados universitarios, académicos, o investagativos menores, tiende a pesar mucho menos que un mandato para la deconstrucción ad eternum del archivo supuestamente estructurador de tales enunciados.

The contribution of the human sciences to the survivals of the 1973 coup d’etat. Forty years and more for a democratic rupture in Chile (Abstract)

The survivals of the 1973 coup d’etat in Chile, and the memories that have antagonized as their utcomes, are associated with certain developments in the human sciences. In their hegemonic version, they have approached the Chilean dictatorship as a historical exception. Conversely, some counter-hegemonic historiography has demonstrated the close relationship between the Chilean dictatorship and democracy, discovering in such a relationship the basis of a device for the contain- ment of the sovereignty and poder popular. The thesis of the 1973 coup d’etat as an exception to the legal institutions, reveal a political system that look for immunizing the Chilean society of its alleged violence by other legally administered violence. This political system is blocking the life’s forces in common, but it is not achieving to hide the path breaking of a democratic mark, which inhere we call as Mariateguist-libertarian.

El aporte de las ciencias humanas a las pervivencias del golpe de estado. Cuarenta y más años para una ruptura democrática en Chile (Resumen)

Las pervivencias del golpe de estado de 1973 en Chile, así como de las memorias que han antagoni- zado con sus resultados, están relacionadas con determinados desarrollos de las Ciencias Humanas; en su versión hegemónica, éstas han analizado a la dictadura chilena como una excepción histórica. Por contraste, cierta historiografía contra-hegemónica ha demostrado la íntima relación entre la dictadura y la democracia chilenas, descubriendo en tal relación la base de un dispositivo para la contención de la soberanía y el poder popular. Las tesis del golpe como excepción a la institucionalidad jurídica develan un sistema político que pretende inmunizar a la sociedad chilena de su violencia presunta mediante otra violencia jurídicamente administrada, obstruyendo así las fuerzas de la vida en común, aunque sin lograr la invisibilización de una huella de ruptura democrática que aquí nombramos como mariateguista-libertaria.